«Un disparo es tan rápido y tan violento que ni siquiera tiene lenguaje».

Tyszka -escritor- juega con tu mente. Sabe que estás a nada de resolver la trama de sus letras; luego te das cuenta de que fallaste. Te engañó.

Su habilidad para contar historias logra captar la atención de tus ojos; el juego que hace a través de una trama policiaca recae en el personaje de Gabriel Medina y uno mismo. Todo termina cuando el lector percibe una ‘pista. Es por ello, que debes leer esta obra para que te sorprenda como me ha sorprendido a mí.

El fin de la tristeza

¿Qué pasa si un día caminando te encuentras al amor de tu vida? ¿Qué sucede si de repente encarcelan a tu psiquiatra?

Gabriel Medina es un hombre muy normal, no hay nada sorprendente y es un personaje que se puede identificar con muchos de la vida real; sin embargo, cuando se entera que su psiquiatra fue detenida, empieza a cuestionar su destino.

“En este país es muy difícil encontrar la verdad”, afirma Gabriel, pues al no encontrar una respuesta, cuestiona todo lo que sucede.

A medida que uno lee la novela ‘El fin de la tristeza‘ logra identificar que una persona que se suicidó está relacionada con la psiquiatra. Cada una de las ‘pistas’ envuelven a Gabriel y estas van a determinar si en realidad está en peligro o podrá salvarse.

Las redes sociales e “influencers” aparecen también: son quienes juzgan a la psiquiatra. Es aquí donde uno comenzará a cuestionar si están ahí para informar o hacer más amarillismo.

Así, el lector no sabe si lo que se escribe es realidad o imaginario; no obstante, sólo leyéndolo obtendrá respuesta y sabrá la realidad del país opresivo y disfuncional en el que se desenvuelve Gabriel.

¿Qué tan confiable es la información de TikTok?

En una sociedad como la nuestra, Alberto Barrera Tyszka trató de colocar a Gabriel en esta especie de caos, quien «piensa que el secreto de la felicidad es precisamente ese, estar lejos de las noticias».

El autor de ‘El fin de la tristeza‘ reveló a Radio Fórmula que quiso mostrar cómo hoy en día la que se hace llamar información –y que está íntegra en redes sociales- «puede plasmar mucha ansiedad».

“Nunca sabremos si es verdad o no es verdad, ¿qué es verdad y que no?”,dice Tyska. Habla de aquellas personas que están en redes sociales mostrando información, pues en todos los países existen “influencers” que piensan que están aportando un bien… pero es todo lo contrario.

Es así que entre los personajes que hay en la novela, creó a un “influencer”, un personaje que tiene poder y a través del cual se Tyszka hace una crítica a lo que puede hacer “y de cómo se maneja frente a una realidad”.

En ese cuestionamiento y crítica que hace Tyszka a todos aquellos medios que están en redes sociales. Para el autor, de una u otra forma el periodismo es una profesión que se puede pulir, pero quien no tenga esta ética y solo busque ganar popularidad, es un peligro social.

“Tiene más credibilidad, porque finalmente el problema es dónde se va moviendo el sentido de la verdad en la sociedad y dónde va quedando. De repente hemos llegado a un punto donde, con absoluta normalidad, un tiktoker se convierte en un emisor de noticias o un constructor de consenso y de opinión y esa pregunta me la hice ¿por qué?”, explicó.

Lo que le preocupa al autor es que eso ya forma parte de una normalidad, una realidad absoluta e incuestionable. “Finalmente, alguien empezó como unos chistes o jugando”, comenta.

Otro de los elementos a los que se enfrentó Tyszka fue “la duda sobre la percepción”, encontrar ese hilo para llevar lo que es la duda y la realidad.

Es así donde el lector puede ver como Gabriel va sobreanalizando y hasta duda de sí mismo, razón por la cual siempre hace mucho énfasis a las comillas, en su día a día, que es parte del mismo caos en el que está, pero también se convierte en obsesión.

“Gabriel es alguien que va buscando ayuda para tratar de resolver este asunto con la tristeza, que permanece durante toda la novela sin que sepa muy bien hacia dónde lo lleva, porque finalmente está desconfiando de lo que percibe”, finalizó.