Los controvertidos trabajos del Tren Maya, una de las obras más emblemáticas de la presente administración, han dejado tras de sí opiniones encontradas. Sin embargo, también han revelado momentos fascinantes y verdaderos tesoros en la ruta, como lo es el reciente hallazgo arqueológico con una antigüedad de más de mil años. Ahora, la Secretaría de Cultura federal a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), informó que ha recuperado nueve patollis esgrafiados durante las excavaciones del Tramo 7 del Tren Maya que abarca 287 kilómetros, entre Quintana Roo y Campeche. Estos patollis, encontrados cerca del poblado de Xpujil en Campeche, son tableros de un antiguo juego mesoamericano que se grababan en el piso. Los arqueólogos estiman que estos hallazgos tienen más de mil años de antigüedad. Los patollis fueron descubiertos sobre una superficie de estuco de 11.3 metros de largo por 2.8 metros de ancho. Sin embargo, presentaban deterioros como grietas, fracturas y pérdida de material. Preservar los patollis El hallazgo se registró sobre la carretera libre a Chetumal, en la estructura denominada T7-44279, en las cercanías del poblado de Xpujil, informó el coordinador del Área de Conservación del Proyecto de Salvamento Arqueológico del Tren Maya, Félix Camacho Zamora, quien indicó que estos grafitis fueron atendidos con medidas de conservación, con el fin de preservarlos. Según las fuentes documentales, el patolli se relacionaba con deidades, ofrendas, ritos religiosos y eventos calendáricos. La palabra, de origen nahua, significa “frijoles”, llamados también patoles, con los que se jugaba, a modo de dados, explicó el encargado del Laboratorio de Restauración del Tramo 3 del Tren Maya, con sede en Mérida, Fernando Alemán Toscano. Camacho Zamora detalló que la mayoría presentaba deterioros físico-químicos, como fracturas, disgregación, abrasión, material desprendido, pérdida de capas y agrietamiento del piso, por lo que se aplicaron medidas emergentes de preservación en la estructura que los contenía, las cuales consistieron en inyecciones de agua de cal para devolver la cohesión al estuco, así como la aplicación de resanes y ribetes perimetrales. Los trabajos comenzaron el 23 de agosto de 2023. Antes de la extracción de cada patolli, añadió, se realizó el registro gráfico, fotográfico y fotogramétrico, con el fin de ubicar su localización en la estructura y su grado de deterioro. El restaurador abundó que el proceso de atención implicó el sellado y resane de fisuras, grietas y zonas de pérdida; luego, se aplicó un velado de protección y, finalmente, se seccionó y embaló cada uno para su traslado al Laboratorio de Restauración de Chetumal. “El registro gráfico mostró diferentes estilos de patollis, por lo que tenemos dos circulares, cuatro cuadrados y el resto con líneas difusas que no permiten su identificación”, abundó. Actualmente, el Área de Conservación del citado laboratorio trabaja en el proceso de estabilización de los bienes patrimoniales, los cuales permanecerán bajo resguardo hasta que se defina su destino. Tesoros arqueológicos en la ruta del Tren Maya De acuerdo con la información aportada por el arqueólogo encargado de la excavación del contexto del hallazgo, Alfredo Saucedo Zavala, se determinó que el conjunto ceremonial presentaba dos etapas constructivas, y que, probablemente, los patollis fueron realizados en el último periodo, correspondiente al Clásico Tardío (600-900 d.C.); “sin embargo, será hasta que se realice el análisis cerámico que se corroborará dicha información”, anotó Camacho Zamora. Por último, el jefe de campo del Frente 3, Tramo 7, Aldo Germán Dena Castro, expuso que la presencia de patollis en recintos de carácter cívico implicaba que en dicha área se reunían personajes de alto rango y, probablemente, se utilizaron con fines de mediación o esparcimiento, al margen de los discursos políticos. Por la ruta del Tren Maya en los cinco estados que atraviesa en el sureste mexicano, el INAH ha vislumbrado cuantiosos descubrimientos como el disco solar en Chichén Itzá, la escultura del dios del maíz en Palenque, la estela dual en Uxmal, así como los bajorrelieves de un cautivo tomado del cabello por una dignataria en Ek Balam, además de urnas funerarias. El salvamento arqueológico derivado de las obras que recorrerá la península de Yucatán de punta a punta a través de mil 554 kilómetros, es de tal magnitud que cambiará la visión que tenemos hasta la fecha sobre la civilización maya, explicó Diego Prieto Hernández, director general del INAH. “En Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Chiapas hemos descubierto más de 1.4 millones de fragmentos de cerámica, más de 50 mil bienes muebles e inmuebles, como palacios y estructuras, constituyendo el mayor tesoro arqueológico encontrado en las últimas décadas en México”, afirmó Prieto Hernández. El director del INAH izo hincapié en que los hallazgos, a lo largo de la ruta del tren, abrirán nuevas ventanas de investigación, restauración, museografía, que se llevarán a cabo en lo que resta del año (hasta septiembre de 2024), cuando concluya el actual gobierno federal. Con información del INAH. Navegación de entradas Steve Aoki y Kenia Os lanzan “Replay», un tema para bailar hasta que salga el sol Fuego y sangre: ¿por qué la serie no inicia como en el libro de George R.R. Martin?