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Sexes es una banda mexicana que, desde 2017, empezó a experimentar en conjunto con géneros que, aunque provienen de algunas raíces electrónicas semejantes, suenan como algo único e identificable.

Sería la pandemia de 2020 la que haría que sus integrantes nombraran al proyecto. Con el lanzamiento de “Madre Agripina” cumplen con una docena de temas publicados.

 ¿Qué géneros inspiran la música de Sexes?

La banda, si bien con detalles de noise pop, synth pop, techno pop, dream pop, new wave, post punk o darkwave, se apoyan no solo de la música, sino de la pintura, arquitectura, cine, teatro o, como en este sencillo ocurre, de la historia y la mitología, utilizan la figura del hijo más cruel de Agripina, el emperador Nerón.

Las referencias al incendio de Roma y a Nerón haciendo música mientras todo arde a su alrededor no sólo evocan un evento histórico, sino que sirven como metáfora de figuras de poder que permanecen indiferentes ante el sufrimiento de los demás.

La letra de este sencillo es un reflejo de la inevitabilidad de las tragedias y cómo los recuerdos y narrativas que construimos pueden ser, a veces, trampas de la memoria.

Este sencillo viene acompañado de un video, producido por Superamsiosas, que cuenta con la interpretación y coreografía de la bailarina y artista Sandra Govill, alias “Bestia”, del colectivo Beznei, quien juega con la dualidad entre la destrucción y la creación.

¿De qué habla ‘Madre Agripina’, el nuevo sencillo de Sexes?

“Madre Agripina” es un recordatorio de que en los momentos más oscuros hay belleza, resistencia y formas de seguir adelante, incluso si es sólo bailando entre cenizas.

Así también, “Madre Agripina” explora la tensión entre la memoria y la realidad, usando la historia y el mito como telón de fondo para hablar de los ciclos inevitables de destrucción y renovación.

Sexes son Parrillat, Mariela y Ra, un proyecto que explora los límites entre lo íntimo y lo épico, fusionando imágenes y sonidos envolventes con letras introspectivas y profundas.

“Madre Agripina” es un recordatorio de que en los momentos más oscuros hay belleza y formas de seguir adelante, incluso si es sólo bailando entre cenizas.

La letra de este sencillo resalta el carácter cíclico de la destrucción y la resiliencia que puede surgir entre las ruinas.