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Los hermanos Carlos y Óscar González sufrieron de abusos durante su detención en ‘Alligator Alcatraz‘, el centro de arresto para migrantes que fue inaugurada por la administración de Donald Trump, en Florida, «Estaban encadenados de pies y manos, y en el suelo», narró el padre de los mexicanos en una conferencia con medios. 

Entre los abusos que padecieron los mexicanos se encuentran la falta de comida, permanecer encadenados de pies y manos, pese a esta dentro de jaulas en las improvisadas instalaciones en los Everglades. El padre de las víctimas criticó que las personas tengan que estar ‘amarradas’ si ya se encuentran en un centro de reclusión. 

Sobre el estado de sus hijos, el padre aseguró que ambos están en shock y bajo un intenso estrés emocional, luego de estar recluidos en ‘Aliigator Alcatraz’, un lugar que se encuentra rodeado de caimanes y que cuenta con capacidad para 5 mil personas; dicho sitio se halla a 70 kilómetros de Miami. 

La abogada de ambos hermanos, Andrea Reyes, aseguró que ya laboran con las autoridades mexicanas para conocer los cargos que les imputaron y bajo qué figura fueron deportados a México. Dijo que a uno de sus clientes se le imputó un cargo federal en los EU, pero no cuentan con mayor información. 

El pasado 22 de julio, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció que 14 mexicanos estaban detenidos en ‘Alligator Alcatraz’ y se hacían las gestiones necesarias para repatriarlos de inmediato. Los consulados mexicanos revisan las posibles violaciones a los derechos humanos que ocurran en ese lugar. 

‘Es una jaula para perros’

Rafael Collado, una persona originaria de Cuba y de 63 años de edad, calificó a ‘Alligator Alcatraz’ como una «jaula para perros», donde los migrantes detenidos son sometidos a actos de «tortura mental» como privarlos del sueño. Esto lo reveló en declaraciones para la agencia EFE. 

Los familiares de Michael Borrego, una persona de 35 años, consideran que este centro de reclusión es como un «campo de concentración», similares a los del Holocausto en la Segunda Guerra Mundial. Decenas de familias han realizado protestas en las inmediaciones de este lugar que fue inaugurado por Trump el pasado 1 de julio. 

A estos reclamos se suma la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (UCLA, por sus siglas en inglés), organismo que exige el cierre del lugar al no considerarlo apto para seres humanos, además de que se haga una evaluación médica a todos los detenidos y puedan acceder a abogados. 

Con información de EFE