Son 10 años desde que Gabriel García Márquez partió de este mundo, pero parece como si nunca se hubiera ido. Originario de Aracataca, Colombia, murió en la Ciudad de México un 17 de abril del 2014. Fue, por cierto, en esta urbe, la capital de la nación del águila y la serpiente, donde escribió “100 años de Soledad”, una de las principales novelas de Latinoamérica y del llamado Realismo Mágico.

Una década después, de mano de Grupo Planeta, realizamos en Fórmula MX un breve recorrido en la casa del legendario escritor, quien fue el creador del coronel Aureliano Buendía. ¿Qué vimos? La morada del Nobel de Literatura está henchida de recuerdos fascinantes. 

En Cerrada de la Loma, número 19, hay una casa de color blanco con un jardín y un árbol; la casa sólo cuenta con una planta, en donde no sólo vivió García Márquez, sino muchos amigos del escritor que también fueron acreedores del Nobel de literatura y el Premio Cervantes.

Junto a su esposa Mercedes y su primer hijo Rodrigo, García Márquez pisó territorio Azteca el 26 de junio de 1961; y entre 1965 a 1967 vivieron en la Casa de la Loma.

Se dice que en esa casa, después de acabar de escribir ‘Cien años de soledad’ -novela con la que ganó el Nobel-, “Gabo” (como le decían de cariño), subió las escaleras llorando y se fue a su cuarto.

Gabriel García Márquez sufrió por la muerte de su personaje Aureliano Buendía, quien fallece de viejo orinando en el castaño al cual su padre estaba amarrado.

A lo largo de 18 meses trabajó en la novela, pero al salir de “La Cueva” -como le llamaba a su espacio para escribir- su esposa le dijo al ver su rostro: “Ya lo mataste”. Ya en la cama, lo consoló durante dos horas.

La casa consta de tres recámaras: una era ocupada por el nobel, la otra por sus dos hijos (Gonzalo y Rodrigo) y la tercera era utilizada para las visitas que recibía.

Al cuarto de visitas también se le conoce como “El cuarto de la llorona”, pues cuando Gonzalo, hijo del escritor, no se quería dormir, su mamá lo asustaba y le decía que la llorona iba a salir de la habitación y se lo llevaría.

Foto: Casa Estudio Cine Años de Soledad, FLM

Otra de las historias que tiene la casa es sobre la famosa “Cueva”, lugar personal de Gabo en el que se encerraba por completo; incluso, mandó a poner una puerta para que no lo interrumpieran.

En ese mismo cuarto hay un baño que se volvió muy famoso, pues ahí entraron personajes como Mario Vargas Llosa (Nobel, 2010), Carlos Fuentes (Premio Miguel de Cervantes, 1988) y Álvaro Mutis (Premio Miguel de Cervantes, 2002).

En la casa, la familia de Gabriel García Márquez no tenía muchos muebles y su sala era muy austera, tampoco tantos libros, pues el escritor no era muy apegado a conservarlos por las mudanzas.

«En Agosto nos vemos»: La novela que no es tan póstuma

La novela “En agosto nos vemos” se publicó en este 2024; sin embargo, ya existía hace mucho tiempo atrás.

Muchos de los textos, pertenecientes al autor, se fueron a la Universidad de Austin, entre ellos la novela «En agosto nos vemos».

Los estudiantes que se acercaron a los textos tuvieron la oportunidad de encontrar la novela y de leerla en los borradores de «Gabo».

Se dice que en la última etapa de su vida, el escritor tuvo pérdida de memoria, por lo que, al retomar el texto, dijo: “esto no vale la pena, se debe destruir”. Y la novela quedó en las sombras.

Foto: Casa Estudio Cine Años de Soledad, FLM

Existían varias versiones de la novela, pero había un quinto archivo que tenía escrito, de la mano del propio “Gabo”, la leyenda “Versión final”.

Foto: Casa Estudio Cine Años de Soledad, FLM

En la quinta versión hay muchas revisiones, las cuales se hicieron y se publicó. En el prólogo de esta última novela, los hijos de García Márquez explican por qué decidieron publicarla; al final, también se pueden ver imágenes del texto inédito.

Foto: Casa Estudio Cine Años de Soledad, FLM

“Gabo” sacudió el mundo con sus historias, muchos recuerdan a personajes como Aureliano Buendía (Cien años de soledad), Ángela Vicario (Crónica de una muerte anunciada) o Maruja Pachón de Villamizar (Noticia de un secuestro); ahora se une Ana Magdalena Bach de “En agosto nos vemos”.

¿Cuándo se estrena «Cien años de soledad» en Netflix?

La novela que le dio el Nobel a «Gabo» ahora será una serie que se estrenará a finales del 2024. Aunque todavía no hay una fecha definida, la plataforma de streaming ya mostró el primer adelanto de la serie. 

En el avance se puede ver al actor Claudio Cataño como Aureliano Buendía y muchos de los elementos que los lectores van a reconocer inmediatamente de esta historia. 

Con flores amarillas: así recordaron a García Márquez este miércoles en su casa de la CDMX

Las flores amarillas, tan presentes en la obra y la vida del Nobel colombiano Gabriel García Márquez, dieron color este miércoles al ambiente en la casa en Ciudad de México del autor de ‘Cien años de soledad’ en el décimo aniversario de su muerte.

Sin ruido, casi fantasmal como algún personaje de una obra de su padre, Rodrigo García Barcha, el hijo mayor del patriarca de la generación del boom, llegó poco antes de las 10 de la mañana a la casa en Jardines del Pedregal, al sur de la capital mexicana, donde algunos allegados a la familia recordaron al maestro.

Poco después uno de los cómplices de ‘Gabo’, su chofer Genovevo Quiroz, bajó de su camioneta con un ramo de flores amarillas, las preferidas del más grande novelista en idioma español en el siglo XX.

Quiroz es un hombre sobrio de media estatura, cómplice de García Márquez en sus últimos años de vida. Como su chofer lo llevó a reuniones, homenajes y al hospital, cuando el maestro tuvo problemas de salud.

El asistente y chofer, Genovevo Quiroz, de Gabriel García Márquez llegó con un ramo de rosas amarillas a la casa de Gabo en la CDMX.
Créditos: EFE

«Le gustaba escuchar vallenatos, los ponía en el radio cuando íbamos en el carro», contó el mexicano en breves declaraciones a EFE.

No es casual que uno de los recuerdos de la gente cercana a ‘Gabo’ esté relacionado con la música. Diez años después de su partida, el también cuentista y cronista de primera fila es recordado como la voz principal de un coro casi religioso: el del boom latinoamericano.

La prosa poética del autor de ‘El amor en los tiempos del cólera’ era musical, algo lógico porque de jóvenes su madre, Luisa Santiaga, estudió piano, su padre, Gabriel Eligio, fue un violinista no carente de talento y el mismo ‘Gabito’ cantaba en la escuela.

«No hay felicidad más pura que la felicidad de cantar», aseguró García Márquez en la introducción de un disco del cantautor cubano Pablo Milanés y resumió en una frase su apego a la música.

Marcada por la prosa poética, la obra de García Márquez tiene música, algo reconocido por los estudiosos, sus colegas y sus lectores.-Con información de EFE.