¿Quién no recuerda que los papás no nada más te regañaban, sino también te daban un manotazo y así uno se calmaba? Con el paso de los años, la agresión a menor empezó a llamar la atención y aunque sean padres o tutores, están protegidos. Esto hizo eco en varias personas, pues tenían razón al evitar golpear a sus hijos, pero ¿qué hacer cuando se portan mal?, ¿está mal darle un jalón de pelo? El amor y la concesión total se confunde en esta situación, pero tampoco se debe olvidar que los hijos aprenden de los padres. Papás de algodón, hijos de cristal Después de la pandemia, Trixia Valle estuvo varios días de trabajo en una escuela donde realizó su programa #pazefectiva y al momento de enfrentarse a la realidad se da cuenta de que los menores se encontró con una actitud completamente distinta. Esa actitud retadora suele ser una señal de que en casa tiene “papás de algodón”, pero ¿quién fue la primera persona que dijo que no se le debe pegar a los niños? El pediatra Benjamin Spock fue quien dijo que no tenía que “corregirlos con ninguna forma que fuera severa; ni un grito, ni una llamada de atención fuerte y, obviamente, un golpe no”. Ante la situación que vivió y con este pensamiento del siglo pasado, la autora se armó de valor para escribir este libro y poder señalar no nada más las consecuencias que hay a criar un hijo “de algodón”, sino también relaciona los temas con la manipulación, la influencia como padres, los retos y la fórmula para enfrentarse a este tipo de menores. Y al final se debe saber que todos los actos y actitudes que reciben las aprenden de sus padres, “la palabra mueve, pero el ejemplo arrastra”. Se pueden poner límites y ser amorosos. ¿Cómo educar a los hijos sin golpes? Aunque unos piensan que no tiene hijos, Trixie Valle, la autora de “Papás de algodón, hijos de cristal” (Urano) afirmó a Radio Fórmula que tiene tres y que van desde universidad hasta primaria, pero con ello explica que ha visto las generaciones de papás y cómo van “involucionando”. No significa que les den mil concesiones a los niños, pues “la labor de un padre era educar y formar, a sus hijos, con lo que se requiriera”. “Esto estaba muy mal porque se llevaba al extremo y lo que se requiriera eran a través de golpes, cinturonazos, la chancla, pero eso depende mucho de las familias, porque hoy en día hay muchas que son golpeadores y hoy, el ciclo cambió drásticamente”. Y ahora se trata de cambiar todo y lo que dicen ahora es: “tú vuelve a los niños individualistas, ¿cómo le hacemos? Quitándole el temor hacia sus padres y haciéndolos que ellos sean dueños de sus decisiones desde la niñez, en donde no tienen capacidad de decidir”, explica. Esto quiere decir que ahora se empezó a generar culpa hacia los papás y en ese instante la “involución” genera: Crianza irrespetuosa Crianza con apego Crianza positiva Crianza afectiva Estas cuatro crianzas dan más detalle en su libro, pero a partir de eso hace mención que los padres de algodón son aquellos que colocan a sus hijos en medio de la familia, en una burbuja y son alérgicos a las lágrimas de sus hijos. Trixie Valle afirma que la causa de divorcios, en el país, son los hijos y esto se debe por los estilos de crianza que las parejas tienen porque se la pasan en un conflicto para educar a los menores. “Los hijos están utilizando un área de choque, por estas creencias y algo superimpresionante es que esto ya se volvió un ´crianza con apego lovers´, que es una secta polarizada en donde o le entras o no”, detalla. Incluso, mencionan que si dejas llorar a tu hijo ya las culpan de que son malas madres, porque supuestamente no deben de llorar, tienen que ser felices y ese es el primer error. “Los niños no vienen a hacer felices, vienen a gestionar sus emociones y los padres somos los encargados de enseñarles a gestionar sus emociones. Ese es el éxito de la vida, no que sean felices siempre, ni que lloren, si lloran sepan controlarse, dormir solos, pero hay personas que no lo hacen y por eso se vuelven niños de algodón”. Y esto lo dice gracias a los 22 años de experiencia, porque ha visitado escuelas en donde estudia el tema de “Bulliyng” y ahí es donde se da cuenta de que todo niño “buleador” tiene papás de algodón. Los niños de cristal, según la especialista, son: Reyes de la casa No se les contradice Siempre es culpa de alguien más No tiene consecuencias Su filosofía es “firmeza sin violencia”, pues esto tiene que ver con que los papás: No insulten, mucho menos decir que son “cochinos” (eso es insultar) No decirle groserías No pegarle Aunque si se le tiene que llamar la atención, señalar su error y deben voltear a ver a la madre o padre. Con esto no se necesitan los golpes, pues “los límites son amor”. “Los límites de no darles galletas, poner reglas del refrigerador, reglas no negociables y esto hace que tus hijos tengan una estructura y cuando hay una estructura no hay necesidad de golpes”. La conclusión que hace Trixie es fuerte y contundente, porque “tú puedes hacer esto cuando son chiquitos, pero el día de mañana, cuando lleguen a decir que quemó vivo a un compañero, lo mató, robó en la escuela, es la consecuencia de esta crianza”, finalizó. 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