La primera inicial con la cual inicia la famosa nomenclatura de las diversidades es la “L”, de lesbiana. Pero esto no es nada más una coincidencia.

Durante muchos años, han sido las mujeres lesbianas quienes han dado pelea al sistema, buscar el reconocimiento ante la ley para que tuvieran los mismos derechos.

Nancy Cárdenas, una incursora en las batallas de las mujeres fue la que comenzó, en conjunto de un grupo de representantes para marchar y así iniciar con una tradición que ya va por su XLVI aniversario. Un movimiento que es hijo de las lesbianas.

Ante ello, Artemisa Téllez no nada más luchó para coordinar un libro, sino que todavía hubo quienes pedían cambiar o quitar algunas cosas, pero no fue hasta que llegó a Penguin Random House para publicar este libro al desnudo.

‘Hasta que comienza a brillar’

México ahora tiene su primera antología de cuentos lésbicos, la primera que se ha publicado y esto gracias a que Artemisa logró juntas estas historias que van desde lo erótico, hasta la crueldad con las que las mujeres han sido violentadas en el libro “Hasta que comienza a brillar” (SUMA).

Pero en otros nos hablan sobre el amor prohibido o de aquellos que lo siguen a cualquier lado con tal de estar juntas. Aunque también hay unos que son tristes, de angustia o hasta de la perdición.

Las vidas que cada una de las mujeres de la comunidad se representan aquí y también denuncian lo que les ha pasado, donde el relato cobra vida y las hojas son una caricia al alma.

Así fue como Artemisa hizo este libro

Hoy está publicado y se encuentra en cualquier librería, pero antes de que saliera tuvo un proceso muy largo, complejo.

Artemisa Téllez confesó, en una entrevista a Radio Fórmula, que muchas editoriales aceptaban este proyecto, aunque al final siempre sugerían cambios, pero desde su punto de vista, modificaban el contenido, visión y hasta censuraban del libro.

“Me siento agradecida de haberlo recorrido, porque cuando uno está en eso dice, híjole, ¿estoy mal?, ¿soy muy inflexible? También era, ¿cómo le puedo decir a una autora que le pedí su cuento y que después lo quite? Había muchas cosas en el camino”, confesó.

Con esta publicación, Artemisa ahora ya está realizada y todas las autoras involucradas están emocionadas.

“Decía una amiga mía, que es una escritora costarricense, me decía que algo padre del libro, desde que lo ves es lésbico y es mexicano, tiene una estética que grita su contenido y eso me gustó muchísimo”.

Ante ello también es una invitación no nada más a mujeres, también a hombres y a las personas que integran a la comunidad LGBTIQ+ a leer literatura de cualquier nomenclatura, pues así se busca generar un vínculo y no hablar solo de lo que a uno le gusta.

“A veces pareciera que la apertura es enorme, pero hay un gran desconocimiento del placer y del deseo femenino y en muchos casos había una censura de eso”, comenta.

Uno podrá darse cuenta cómo fue que Artemisa decide iniciar este libro, pues en las primeras páginas brinda esa experiencia, pero al momento de tomar un proyecto sabe que va a comprometer su trabajo, lecturas y en las demás actividades que tiene.

Incluso, trabajó con 40 personas. En ese lapso pensó que ya no iba a suceder nada, aunque las autoras las apoyaron y le dieron fuerzas para seguir.

“Encontré en ellas 37 aliadas, amigas, mujeres muy dispuestas a que esto sucediera”.

Lo mejor es que uno puede conocer, no nada más el texto que escribió, también en donde puede encontrar sobre la temática y qué es lo que ha publicado, por las referencias que se hace a cada una de las mujeres y por suerte ya existe una antología con referencias lésbicas, en México.

Y a pesar de que estos textos ya formaban parte de las clases y del conocimiento de Artemisa, sino que algunos de ellos nacieron en los talleres que da.

“Lo hice con ese afán enciclopédico de decir qué es todo lo que se ha publicado y si busqué todo lo que había habido, porque eso nos permite tener referentes”, explicó.

“Esas escritoras tuvieron que abrevar en la literatura de varones y ahí naciendo sus conexiones y modificaciones y en este momento, es importante decir que las lesbianas ya estamos en otra generación, ya tenemos abuelas literarias, madres literarias y estamos en ese camino y por eso este es el libro para las que vienen y en el futuro no se necesita una antología lésbica, sino que las lesbianas formarán parte del canon de la escritura y que las mujeres formaran parte del canon literario, en general”, finalizó.