‘Lady Death’: Liudmila Pavlichenko, la francotiradora soviética que cazó nazis

Liudmila Pavlichenko nació el 12 de julio de 1916 en Bila Tserkva, Ucrania, y se convirtió en una de las figuras más emblemáticas de la Segunda Guerra Mundial. Al unirse al Ejército Rojo en 1941, destacó por sus habilidades como francotiradora, convirtiéndose en la más letal de la historia.

Es recordada por su destreza letal con el rifle Mosin-Nagant y apodada «Lady Death» por la prensa extranjera. Pavlichenko fue una de las francotiradoras más mortales de la historia, con un impresionante saldo de 309 enemigos abatidos, entre ellos 36 francotiradores nazis alemanes.

La infancia de una guerrera

Desde su infancia, Liudmila mostró un carácter competitivo y decidido. En su pequeño pueblo, se destacó en actividades físicas, siempre dispuesta a demostrar que las mujeres podían igualar, e incluso superar, a los hombres en muchas disciplinas.

A los 14 años, se trasladó con su familia a Kiev, donde comenzó a trabajar en la histórica Arsenal Factory, una planta clave en la producción de armamento para el Ejército Rojo. Ahí, encontró su primera conexión con las armas y pronto se unió a un club de tiro, donde obtuvo la insignia de «Tirador de Voroshílov», un reconocimiento que certificaba su habilidad con el rifle.

Liudmila Pavlichenko se une al Ejército Rojo

Con el inicio de la invasión nazi en 1941, Liudmila se alistó en el Ejército Rojo y pronto fue asignada a la 25ª División de Infantería. Enfrentándose a una de las ofensivas más feroces de la historia, defendió ciudades clave como Odesa y Sebastopol, donde la brutalidad de la guerra la moldeó como una francotiradora imparable.

Tras su primera herida en combate, Liudmila regresó al frente, con el ascenso a cabo en reconocimiento a sus logros. Durante el asedio de Sebastopol, su nombre ya resonaba en las filas enemigas.

El asedio de Sebastopol y la leyenda de «Lady Death»

En el crudo verano de 1941, en una de las etapas más críticas de la guerra, Sebastopol se convirtió en el epicentro de la resistencia soviética. Durante los ocho meses del asedio, Liudmila continuó luchando, alcanzando una cifra impresionante de 187 enemigos abatidos. Fue entonces cuando su reputación alcanzó tal magnitud que los nazis comenzaron a centrar sus esfuerzos en eliminarla, bautizándola como «Lady Death«.

Tres días contra un francotirador alemán

A lo largo de su carrera, Pavlichenko se enfrentó a muchos desafíos, entre ellos una batalla de tres días contra un francotirador alemán al que finalmente logró abatir. En junio de 1942, una herida por mortero la sacó temporalmente del frente, pero para entonces su nombre ya era sinónimo de valentía y habilidad en el campo de batalla.

A sus 26 años, Liudmila ya había alcanzado un total de 309 bajas enemigas, incluidas 36 de sus pares francotiradores, y se había ganado el título de heroína nacional.

Un legado que trasciende fronteras

Tras sus logros en el frente, Pavlichenko fue retirada del combate activo debido a sus heridas y enviada a realizar giras de propaganda por los Estados Unidos y Canadá. Fue la primera ciudadana soviética en ser recibida en la Casa Blanca, donde incluso se encontró con la esposa del presidente Franklin D. Roosevelt, Eleanor Roosevelt. Durante estos años, Liudmila trabajó como historiadora y entrenadora militar, dejando un legado que trasciende generaciones.

Hoy en día, la figura de Liudmila Pavlichenko sigue siendo un símbolo de coraje, determinación y lucha. Falleció el 10 de octubre de 1974 en Moscú a los 58 años, a causa de un derrame cerebral. Su lugar de descanso final es el cementerio Novodévichi, en la capital rusa. Su historia ha inspirado películas, libros y canciones, convirtiéndola en una de las mujeres más icónicas de la Segunda Guerra Mundial, una heroína que, más allá de sus victorias en el campo de batalla, rompió las barreras de género y dejó una huella imborrable en la historia.